Desperté. Era de día. Me encontraba dolorido. Miré a mi
alrededor, una ciudad entre muchas.
Caminé como podía entre las grandes avenidas. Busqué ayuda,
pero no había nadie. Grité, pero nadie parecía escucharme, hasta que vi algo,
algo que se movía. Lo perseguí.
Intenté correr, pero no tenía las fuerzas suficientes para
hacerlo, estaba muy débil.
Esa cosa no paraba, no se cansaba, parecía ser una máquina.
Pero en un abrir y cerrar de ojos la atrapé, y en sólo un instante se
desvaneció en el aire, como polvo. Había desaparecido.
De pronto todo se derrumbaba. Las ventanas se derretían, las
puertas se abrían y cerraban, los autos se movían sólos por las calles que se
despegaban poco a poco de la tierra. De pronto las vi, personas, personas por
todas partes, grabando como si se tratase de algo divertido.
Me asusté. En el pánico encontré un lugar seguro y me
refugié en él.
Las personas se acercaban con sus cámaras, cada vez estaban
más cerca. Yo intentaba conversar con ellas, pero parecían no oírme. De pronto
las cámaras ya estaban en mis ojos y yo no podía pararlas. Ya era tarde, no
podía escapar.
ProoBannDoo
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